Hernias

  • Publicado el día 19/02/2018

Una hernia se refiere a la salida de un órgano a través de la cavidad que lo contiene.

Éstas pueden dividirse de acuerdo al sitio anatómico afectado.

HERNIA UMBILICAL.

Se refiere a la ampliación del anillo herniario de la cicatriz umbilical,  es la segunda en orden de frecuencia, y es favorecida por un defecto congénito, embarazos, sobrepeso u obesidad.

¿COMO SABER SI LO QUE TENGO ES UNA HERNIA?

Se diagnostican fácilmente  en la consulta externa de personal médico capacitado y en ocasiones no ameritan ningún estudio adicional.

¿CUAL ES EL TRATAMIENTO?

Todas las hernias umbilicales, requieren un manejo quirúrgico, en el cual realizamos una reparación del defecto de tejido y en los pacientes que así lo requieren colocamos una prótesis biocompatible fabricada con polipropileno.

¿QUE TAL ES LA RECUPERACIÓN?

En muchas ocasiones la cirugía puede realizarse de manera ambulatoria, es decir, sin requerir hospitalización, aunque en casos específicos y para control del dolor puede requerirse un día de hospitalización.

En aproximadamente 1 semana el paciente se reintegra a sus actividades normales.

 

HERNIAS INGUINALES.

¿QUÉ SON?

La hernia inguinal es una protuberancia en la ingle. Se produce cuando la pared abdominal anterior se rompe en algún punto y los órganos de esta zona, como el intestino delgado, sobresalen por el hueco del canal inguinal en forma de saco. Este tipo de hernia es la más común, especialmente en los hombres.

La debilidad de la pared abdominal puede existir desde el nacimiento (hernia inguinal congénita), si esta no se terminó de cerrar durante el desarrollo del feto. Así, las hernias inguinales en los niños suelen ser congénitas. Sin embargo, también pueden aparecer en etapas posteriores (hernia inguinal adquirida) debidas, por ejemplo, a una operación en el abdomen que no cicatriza bien o a causa de una debilidad en el tejido conjuntivo. Por lo tanto, la hernia inguinal puede aparecer al toser, al levantar un objeto muy pesado o en el embarazo.

Un síntoma característico de la hernia inguinal es la hinchazón de la zona abdominal, casi siempre fácilmente reconocible y palpable. Otros síntomas comunes de la hernia inguinal son los dolores punzantes que a los hombres les pueden dar en los testículos y a las mujeres en los labios vaginales. Estos síntomas empeoran si se aumenta la presión en la zona abdominal (por ejemplo, al toser, estornudar o presionar).

 

La ecografía puede ser necesaria en algunos casos, por ejemplo, para diagnosticar hernias inguinales muy pequeñas. También puede emplearse en las personas cuyo abdomen está tenso o con mucho sobrepeso, ya que solo así puede detectarse.

El único tratamiento eficaz para la hernia inguinal consiste en una operación. La intervención puede ser abierta o mínimamente invasiva (con laparoscopia). La mayoría de las hernias inguinales operadas se curan por completo sin ningún problema.

Son muy pocos los casos en los que surgen complicaciones con la hernia inguinal, por ejemplo, si el intestino que sobresale extraído queda aprisionado (incarceración). Si esto ocurre, es necesario operar inmediatamente, ya que la parte de intestino que sobresale puede inflamarse o perforarse.